miércoles, 5 de octubre de 2011

Europa y América: Crisis y soluciones.

Estimado Sr. Presidente de los Estados Unidos de América:

Ante todo permítame que me presente: mi nombre es Enrique Fernández, si bien he tomado como seudónimo el de Enrique de Castilla, por dos motivos bien diferentes, por un lado mi origen (Madrid), y por otro la tradición, ya que otro Enrique Fernández de Castilla “El senador de Roma”, infante de España, tutor del rey Fernando IV y hombre de mundo, fue, a mi entender, uno de los artífices que con el devenir de los años marcó el camino a seguir por Castilla, para llegar a ser con Isabel I una de las mayores potencias mundiales que los siglos han contemplado.
Escribo en este blog sobre aquellos temas que considero merecen cuanto menos mi atención y reflexión. También escribo para dar "rienda suelta" a mis ideas, opiniones e inquietudes, pues desde hace años vengo observando como no solo en mi País: España, sino en general en Occidente, se viene dando un proceso de degradación moral, cultural y ético, en síntesis veo con impotencia como la cultura de Occidente, tras un proceso de no menos de tres mil años, se enfrenta por segunda vez, a un horizonte tan oscuro y tenebroso como el que supuso el paso del desmoronamiento del imperio romano que dio lugar a la sombría Edad Media.
Esta semana leo con asombro y perplejidad cómo Vd. ante un grupo de medios de comunicación latinos criticaba la, en su opinión, lentitud, con que en la Euro zona se estaban tomando las medidas necesarias para reformar el sistema financiero.
Mi perplejidad, y en esto coincido con las diferentes opiniones expresadas por los Sres. Barroso y Juncker a lo largo de la pasada semana, se centra en varios aspectos fundamentales que trataré de resumir a continuación:
1.- El origen de al actual crisis financiera, tiene su detonante en agosto de 2007, si bien sus antecedentes hay que buscarlos en los años inmediatamente anteriores, con el cambio de tendencia que desde 2004 marca la Reserva Federal en su política de tipos de interés, que afectará a las operaciones inmobiliarias con un alto grado de apalancamiento, registradas principalmente en EE.UU. coincidiendo con el inicio de la década de 2000.
2.- La falta de control sobre las agencias calificadoras, especialmente sobre sus procedimientos de análisis, así como sobre los parámetros y criterios de valoración de los diferentes instrumentos de financiación de las entidades crediticias (sirva como ejemplo la calificación de emisiones de cédulas hipotecarias, bonos etc. en los cuales se mezclaban operaciones hipotecarias de primer y segundo orden con las famosas hipotecas “sub-prime”, sin que esta mezcla alterase la calificación de la emisión como “buena”).
3.- La Falta de control eficiente sobre los balances y calidad crediticia de las Entidades de crédito, lo que provocó como es de dominio público la quiebra del banco Lehman Brothers Holdings Inc, el 15 de septiembre de 2008. Esta falta de control, y el antecedente mencionado, hizo que su Administración, tuviera que dotar de un plan de rescate especial a todo el sistema financiero americano, con más de 700 mil millones de dólares.
4.- La interconexión de los mercados financieros internacionales, que salvo en algunos países de la U.E. (adaptados desde 2004 a las exigencias de un capital regulatorio, de los acuerdos de Basilea II y III), adolecían del ya citado control, provocó que en un corto periodo de tiempo gran parte de las entidades de crédito se vieran afectadas, bien por la volatilidad de parte de sus activos, bien por una falta de credibilidad de los mismos.
5.- La incapacidad de las Administraciones Centrales de las principales potencias occidentales de atajar la crisis financiera, ha provocado en estos años una contracción en los activos, falta de liquidez para atender los compromisos financieros de las entidades de crédito, así como un mayor rigor en la concesión de nuevas operaciones.
Todo lo expuesto, surge en EE.UU. y se extiende cual marea financiera al resto de las economías occidentales.
Por otra parte, coincido con Vd. en la necesidad urgente que tiene la U.E. de acometer una seria y profunda reforma, pero no financiera, o mejor no sólo financiera. La U.E. a diferencia de los EE.UU. no conforma un único país con políticas armonizadas por un único gobierno central.
El lento proceso, que como en otras entradas de este blog vengo comentando, ha dado lugar a la actual configuración del actual marco en el que se gesta el “Euro”, se ha visto inesperadamente interrumpido por una crisis global, que si bien se esperaba, todo hacía suponer en los mercados internacionales, que no iría más allá de una nueva crisis sectorial, centrada en el sector inmobiliario y de la construcción. Sin embargo la voracidad y falta de control de los mercados ya comentada ha generalizado su extensión situándonos en una situación aún peor que la crisis vivida en los años treinta del siglo XX.
Volviendo al proceso de unificación de la U.E. el nacimiento del euro debía venir acompañado de la incorporación de políticas fiscales armonizadas, así como otra serie de medidas de carácter social y laboral, que desde luego aún hoy ni siquiera están en la agenda de la Unión.
Mucho me temo que las actuales tensiones entre los diferentes gobiernos de los países que forman parte del Euro, retrasen esta tan necesaria armonización fiscal, o que en caso de producirse justo ahora, tenga consecuencias negativas para las economías más débiles de la Unión, toda vez que liderada por Francia y Alemania, recogerá elementos restrictivos para el desarrollo del resto de la Unión (ambos países se enfrentan como Vd. en el año 2012 a procesos electorales, en una situación cuando menos muy adversa).
Quiero indicar por último, y con todos mis respetos, que agradeciéndole de antemano su interés y preocupación por la situación en la U.E., ni las tensiones de los mercados (agobiados como estuvieron en agosto por su necesidad de aumentar el “techo de gasto público), ni todo el sistema financiero de la zona euro, está afectado de la misma manera, ni presenta los mismos problemas. Europa acometerá las reformas necesarias en tiempo y forma, respetando la liberalidad e independencia de todos y cada uno de los Estados de la Unión.
España, Francia y Alemania, presentan uno de los sistemas financieros más sólidos y solventes, capaces de encajar las posibles pérdidas que los mercados internacionales puedan estimar de tensiones transitorias de deuda soberana, como las que hoy padece Grecia, así como los movimientos especulativos que dichos mercados están realizando contra las emisiones de deuda, no sólo de los países ya citados sino del resto de la Euro zona.
No quiero alargar más este comentario, tan solo volver a agradecerle su interés y preocupación. Creo sin embargo que el verdadero problema al que las economías occidentales nos enfrentamos hoy, va mucho más allá de la actual crisis. Creo además que las políticas neo-keynesianas que su Administración está poniendo en marcha, a medio y largo plazo no serán sostenibles, y que la actual crisis no se va a solucionar mientras no encontremos un nuevo paradigma en que basar las relaciones comerciales internacionales.
Hoy, Europa y América, en mi opinión, adolecen de un auténtico liderazgo internacional, el fuerte crecimiento económico de los países emergentes, está desviando hacia éstos no solo los centros de producción y consumo, sino también la toma de decisiones en los organismos internacionales.
Es por tanto necesario acometer unidos las reformas de las políticas macroeconómicas, sociales y ahora más que nunca, la vuelta a valores éticos que marquen las relaciones comerciales. Si los acuerdos de Bretton Woods marcaron las relaciones comerciales de los países industrializados tras la SGM, hoy vuelve a ser necesario crear un nuevo marco para estas relaciones: a los actores de entonces se han unido en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX nuevos actores, a los cuales hay que escuchar y atender.
Por tanto le invito a liderar junto con la Vieja Europa la búsqueda de este nuevo paradigma que marque el futuro y llegue más allá de la parcial e inestable solución de esta nueva crisis, distinta a todas las que anteriormente ha conocido el actual sistema económico occidental, solo con nuevas herramientas seremos capaces de superar la actual situación.

Atentamente,

E. Fernández S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario